lunes, 3 de enero de 2011

Radiaciones. Diarios de la Segunda Guerra Mundial. Anotaciones del Cáucaso (1939-1943) (Strahlungen: Kaukasische Aufzeichnungen). Autor: Ernst JÜNGER (Fragmentos).

Apsherónskaya, 1 de enero de 1943

 Me encontraba en una gran casa de huéspedes y hablaba de las maletas de los viajeros con el portero, quien llevaba en su uniforme llaves bordadas con hilo de plata. El portero decía que, incluso en situaciones de gran desconcierto, los viajeros se separan muy a disgusto de sus equipajes – éstos significan para ellos algo más que el envoltorio de sus pertenéncias, dentro de las maletas está la continuación del viaje, así como el prestigio y el crédito. El equipaje, decía el portero, es como el barco, que es lo último que se deja en la estacada cuando se realiza un viaje por mar, más aún, es como la propia piel. De manera oscura entreveía yo que aquella casa de huéspedes era el mundo y que la maleta era la vida.


Lötzen, 10 de enero de 1943 

Llegué a Lötzen al mediodía e inmediatamente pedí que me pusieran por teléfono con Kirchhorst y con Leisnig. Por boca de Perpetua he sabido, a las siete de la tarde, que mi buen padre ha muerto, cosa que yo había presentido ya con toda claridad. Será enterrado en Leisnig el miércoles próximo; llegaré, pues, todavía a tiempo, lo cual me tranquiliza mucho.

He estado meditando largo tiempo sobre mi padre, sobre su destino, su carácter, su humanidad, igual que lo había hecho muchas veces en los últimos días. 


Kirchhorst, 21 de enero de 1943

En Leisnig acudí enseguida al cementerio, tras haber saludado brevemente a mis hermanos; en el cementerio me entregó la llave de la capilla mortuoria la Heimbürgin, la “amortajadora”. Estaba ya oscureciendo cuando abrí la puerta. En el ataúd abierto, colocado sobre un alto catafalco, vestido de frac, mi padre, en una gran lejanía, solemne. Me acerqué lentamente, encendí las velas a derecha e izquierda de su cabeza. Largo tiempo estuve mirando su cara, que se me había vuelto muy extraña. Especialmente la parte de abajo, el mentón, el labio inferior, pertenecían a otra persona, a un desconocido. Di unos pasos hacia atrás por su lado izquierdo y contemplé su frente y su mejilla, en la cual era visible todavía como una raya roja la bien conocida cicatriz causada por un sable; entonces conseguí restablecer el contacto – vi a mi padre como lo había visto innumerables veces después de comer, sentado en su butacón y charlando. Alegría de encontrarlo todavía antes de que me lo ocultase la tierra. Pensamiento: “¿Estará dándose cuenta ahora de esta visita mía?”. Toqué su brazo, que había adelgazado mucho, toqué su fría mano; como para descongelarla, una lágrima cayó sobre ella. ¿Qué significado tiene ese silencio enorme que rodea a los muertos?

Ha fallecido a los setenta y cuatro años y, por tanto, ha vivido diez años más que su padre y diez años menos que su madre. Eso viene a confirmar una vez más mi parecer de que uno de los métodos de calcular la edad probable en que alguien morirá consiste en sacar la media de los años vividos por sus dos progenitores, suponiendo que su fallecimiento haya ocurrido en circunstancias normales.

Por la noche dormí en su habitación, en la que, con una iluminación íntima, le gustaba leer o jugar al ajedrez en la cama. Aún estaban en la mesilla de noche los libros con que se había ocupado en los últimos días – la "Historia de los griegos", de Jäger, así como obras sobre el modo de descifrar jeroglíficos y revistas de ajedrez. Allí me sentí muy cerca de él y experimenté un vivo dolor al contemplar su bien ordenada intimidad doméstica. La casa es nuestro vestido, es una ampliación de nuestra esencia que ordenamos a nuestro alrededor. Cuando fallecemos, también su forma se pierde pronto – de igual manera que también pierde su forma el cuerpo. Pero en aquella habitación todas las cosas se hallaban frescas aún y cada objeto parecía estar dejado allí de su mano un instante antes.”


Radiaciones. Diarios de la Segunda Guerra Mundial. Anotaciones del Cáucaso (1939-1943)
(Strahlungen: Kaukasische Aufzeichnungen).

Ernst JÜNGER